ESTRUCTURAS VERTICALES
Las estructuras verticales se caracterizan por transmitir cargas desde planos situados a gran altura hacia el suelo. Su origen es relativamente reciente y se generó con el crecimiento de las ciudades, que obligó a la multiplicación del espacio horizontal mediante el uso de planos paralelos habitables colocados uno sobre otro, de tal manera de aprovechar al máximo el área disponible.
SISTEMA RETICULAR
Es aquel donde los apoyos
se encuentran repartidos en la planta de manera modular y se emplea en situaciones en que los apoyos intermedios no estorban la función del espacio. Las luces pueden
ser pequeñas o moderadas, y resulta bastante
flexible para edificios de altura debiendo rigidizarse con mecanismos adicionales para carga lateral.
Las cargas verticales
aplicadas se desvían a los apoyos verticales donde se conducen al suelo y son debidamente contrarrestadas.
SISTEMA PERIMETRAL
Es aquel en que los
apoyos se encuentran repartidos en el perímetro de la planta, y se usa en problemas en que se requieren áreas libres de apoyos. Los sistemas de entrepiso deben estar diseñados para
luces moderadas a grandes, y conducir las cargas verticales aplicadas hacia la periferia; en donde los apoyos las captan y conducen al suelo para ser debidamente
contrarrestadas. Los apoyos, dada la magnitud de las cargas, están muy juntos unos a otros.
SISTEMA DE NUCLEO CENTRAL
Concentra el soporte de la estructura en un apoyo único centralizado en la planta, por lo que los entrepisos quedan todos en voladizo. El apoyo único es mucho más rígido si se usa como tubo, dado su momento de inercia. Para este sistema se requiere el uso en los entrepisos de sistemas adaptables a voladizos grandes. La planta lograda está libre de apoyos excepto en el centro del claro, por lo que deja el campo visual totalmente libre, siendo adecuado su uso para espacios en que se requiera máxima iluminación interior.
SISTEMA DE MUROS
DE CORTE
Llamado también
sistema de tubo exterior, corresponde a un mecanismo similar al sistema
perimetral, pero tiene la ventaja
de que cumple no sólo una función
sustentante sino también estabilizadora; al actuar como una placa
rígida no muy propensa a deformaciones excesivas laterales dado
su momento de inercia y al mismo tiempo conduce
las cargas verticales al suelo para ser debidamente equilibradas. La placa de rigidez o muro de corte actúa prácticamente como una viga de enorme
peralte en relación
a su base o espesor, ya que las cargas laterales son paralelas a su plano;
el peralte absorbe
la carga con mínimas
deformaciones.
SISTEMA DE MUROS DE CARGA
Los muros de carga de mampostería han
constituido el primer sistema estructural que se empleó para edificios de varios niveles,
asociados a sistemas
de piso de madera o
de bóveda de mampostería.
La limitación de este sistema se debe a
que su escasa resistencia en compresión y en tensión obliga a una alta densidad de muros con espesores considerables. Por ello la estructuración es aceptable sólo cuando el uso de la construcción implica la
subdivisión del espacio en áreas pequeñas, como en edificios de vivienda y hospitales. En la actualidad la construcción a base de muros de carga de mampostería se emplea usualmente para edificios hasta cerca de cinco pisos, aunque existen
ejemplos
de construcciones de 15 o más pisos con muros de mampostería de piezas de alta resistencia y con altas cantidades
de refuerzo.
GENERALIDADES
Los tipos expuestos pueden ser
edificados en cualquier sistema estructural. En cuanto a la estabilización, se utilizan varios
sistemas, siendo los más conocidos los muros de corte, la periodización por triangulación en cada
nivel, el adosamiento de estructuras
trianguladas exclusivamente estabilizadoras, anclaje por medio de cable tensores, rigidización a través del espesor de los elementos
verticales y horizontales, el uso de nervios a cada cierta
distancia vertical, entre otros.
Otro factor importante es la forma de la
planta, prefiriéndose plantas cuadradas, rectangulares o bien figuras geométricas regulares que tengan bien localizado y
centralizado su centro de masa, a efecto de evitar
efectos de torsión o deslizamiento de sectores por esfuerzos cortantes, que
ocurrirían sin duda con cargas aplicadas asimétricas en plantas caprichosas o irregulares.
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